jueves, 22 de enero de 2009

Neoplatonismo

La filosofía neoplatónica no sólo trata asuntos teológicos. Otra importante vertiente, que afectará muchísimo a la literatura, es la erótica neoplatónica. Basándose en el neoplatonismo afirmará Castiglione que "amor no es otra cosa sino un deseo de gozar lo que es hermoso". Para gozar lo hermoso, antes hay que conocerlo: el amor no es, por tanto, una virtud de los sentidos, sino del conocimiento. En la teoría neoplatónica, la Belleza y el Bien aparecen identificados como una sola cosa, no sólo a nivel divino sino también en lo humano. Así pues, un individuo hermoso será también virtuoso, y por tanto digno de ser amado. Hay tres tipos de amor, dependiendo de cómo se perciba la belleza: el amor de cuerpo, el menos puro, recibido sólo por los sentidos; el de ánima, por la vista y el oído (considerados sentidos superiores); y por último el de entendimiento, el superior, en el que la belleza es pecibida por la mente. Son distintas vías de conocer la belleza, y por tanto el amor y la bondad. Los ojos cobran gran importancia, pues no sólo son un sentido mejor que los demás para percibir lo hermoso,sino que son también reflejo del propio alma.

Llegado el Renacimiento, el humanismo erasmista toma la filosofía neoplatónica. Algunas teorías quedan tamizadas por la herencia medieval: por ejemplo, aún sigue latente la influencia del amor cortés. Otras se superan: el teocentrismo medieval evolucionó hasta el antropocentrismo, pues si todo emana de Dios y Dios es bueno, el hombre, hecho a su imagen y semejanza, ha de serlo también por fuerza. El hombre pasa a ser el centro de la Creación, y ésta a ser algo digno de amarse y disfrutarse, puesto que es bella. La actualización del neoplatonismo se debe,principalmente, a autores como León Hebreo (que teorizó mucho acerca del amor) y su clarísimo antecedente, Fernando de Córdoba; Baltasar de Castiglione, con su obra El Cortesano, en la que traza el retrato del perfecto caballero renacentista, adornado con todas las virtudes humanistas y neoplatónicas; Sebastián Fox Morcillo, cumbre del neoplatonismo español del s. XVI. Todas estas teorías se vieron reflejadas por primera vez en la poesía de Garcilaso, que incorporó no sólo las formas italianas, sino también el fondo; a partir de él, se vio en todos los que siguieron los modos italianos, desde Fernando de Herrera hasta el mismo Góngora. En España, la Contrarreforma frenará el paganismo (León Hebreo roza el panteísmo en su obra) y cristianizará del todo esta filosofía, deshaciendo su europeización y dándole una identidad nacional propia. De este modo y con estas transformaciones llega el neoplatonismo hasta el Barroco.

La fusión entre humanismo, erasmismo y neoplatonismo da como resultado un gran corpus filosófico que modifica la mentalidad del hombre y da paso a una nueva edad histórica: las teorías amorosas y religiosas del neoplatonismo (como se ve en la poesía de Garcilaso y en la producción de los místicos españoles); el antropocentrismo y carpe diem humanista; la nueva estética, la crítica social, el beatus ille del erasmismo. El perfecto hombre neoplatónico debía cumplir con todo: soldado valiente, poeta hábil, noble virtuoso; enamorado de una dama con tantas virtudes como él, y fiel a su amor pese a ser rechazado.